La paradoja es evidente: tardes crecen mientras la espera acorta su distancia. La Cuaresma vive su momento de intensidad, y ésta es refrendada en la vorágine que se respira en las casas de hermandad e iglesias con la celebracion de los cultos anuales y besamanos. La primavera llegó este viernes, concretamente a eso de las 23:45 horas, sin embargo ya ha descargado los primeros síntomas de su equipaje. A la espera de la semana santa, el acervo de estampas y experiencias sigue in crescendo.
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