Uno de los quebraderos de cabeza de las priostías: las manchas de cera. Para tratar de minimizar su impacto cada vez es más frecuente que se añadan a los guardabrisas de los cancelabros unas tapas, unas veces de latón y otras, como este caso, de cristal.
Prueba realizada en los candelabros de cola del paso de palio de María Santísima de la Amargura.
Fuente: Fernando Ollero
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