Desde el momento que escuchamos esa bendita letanía de números cantada por los niños de San Ildefonso hasta el instante en que terminamos de degustar el último trozo de roscón de reyes, muchas emociones se entrecruzan de modo más o menos previsible.
Los rituales son los mismos y los sentimientos que se generan parecidos. Porque, con algunas diferencias, la sustancia es permanente. Esto es lo que paradójicamente hace tan especial a estas fechas: que nos trasladan a estados interiores que año tras año se renuevan y que están arraigados desde que éramos niños.
Es por eso por lo que la infancia, también la que todos llevamos dentro, es la gran protagonista de estos días. Con toda la ilusión propia de los pequeños de la casa la noche del 5 de enero, este BLOG quiere participar de esta fiesta y sentirla con intensidad junto a sus lectores y seguidores poniendo a su disposición lo mejor de nosotros.
SMCE.
¡COFRADES DE DAIMIEL les desea felicidad y prosperidad !