En ningún sitio cabe más soledad que dentro de una túnica. El nazareno, al vestir su túnica, se aísla del mundo. Es un fantasma de soledad, entregado a su religión y a su Cofradía.
| Detalle de varios penitentes en el Via Crucis de la Real e Ilustre Hermandad Sacramenteal del Stmo. Cristo del Consuelo. Miércoles Santo 2012, Daimiel. Foto: JLRV |