Caridad y solidaridad cofrade: Las hermandades se reinventan a cada momento para potenciar su actividad caritativa.
VIVIMOS tiempos difíciles. Todos los esfuerzos son pocos para luchar contra la crisis, que si es verdad que a todos nos afecta, hay personas con las que se está cebando de forma más cruenta. Las hermandades no son ajenas a esta realidad y son muchas las actividades e iniciativas, que a lo largo del año llevan a cabo, para ayudar al que lo necesita.
Estamos a las puertas de la Navidad. Los más críticos con las hermandades se desgañitaran para atribuirnos superficialidades alejadas de la religión y de los tiempos actuales. Estos fustigadores de las cofradías demuestran, con sus agrias opiniones, un desconocimiento enorme sobre la realidad cofrade.
En cierta ocasión comenté que las hermandades son la infantería de la Iglesia, pues son las primeras en adherirse a cualquier iniciativa no sólo religiosa, sino social. En las hermandades un papel importante lo desempeña el diputado de caridad, quien organiza eventos con el único fin de ayudar al prójimo. Hoy en día las hermandades, dentro su misión apostólica, realizan a lo largo de todo el año actividades caritativas importantísimas para ayudar a los más necesitados. Ahora, en este tiempo, es novedoso ver como las cuadrillas de costaleros, junto con las bandas, realizan esos ensayos solidarios para recabar alimentos, o almuerzos de vigilia para recabar fondos y así ayudar a los que ayudan a los que más sufren. Todas las hermandades, a pesar de estar en una época de mucho trabajo, por la cercanía de la Semana Santa, siempre tienen ese momento para atender a esa persona que se acerca a la hermandad, sea o no hermano, para pedir ayuda. Las hermandades se reinventan a cada momento para potenciar su actividad caritativa. Actualmente, a las sedes sociales de las distintas hermandades, cada vez son más las personas que van a pedir ayuda. Las hermandades se han convertido en pequeñas ONG, que ayudan, a pesar de sus muchas limitaciones, con todos sus medios. No hay más que dar una vuelta por la realidad solidaria de nuestras ciudades y en todos los grupos encargados de ayudar a los que más lo necesitan, hay un número importantísimo de cofrades. Las Hermandades, y eso es una realidad palpable, no sólo están para sacar pasos a la calle.
Probablemente, los que opinan que somos cristianos de una semana, o que gastamos mucho en bordados y dorados, no están en este mundo y lo más probable es que no colaboren con nadie y vivan ajenos a la realidad social de hoy. Las hermandades en general y los cofrades en particular, estamos muy concienciados, por nuestra doble condición de humanos y de cristianos, con los problemas que asolan al ser humano.
Las hermandades, si no existieran habría que inventarlas, pues son verdaderos focos de sensibilidad con los problemas sociales. Daros una vuelta por nuestras hermandades y siempre veréis esas bolsas de alimentos preparadas para llevarla a casa de una familia en apuro. Las hermandades no son herméticas, son asociaciones de la Iglesia con vida y con las puertas siempre abiertas para todo aquel que llega pidiendo ayuda.
Qué lástima me dan ésos, que no queriendo ver el trabajo cofrade en el campo de lo social, miran para otro lado, quizás sea porque tanto trabajo los pueda implicar y es más cómodo la butaca de la crítica.
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