Os dejo este interesante artículo sobre la Cuaresma en Sevilla por nuestro amigo y colaborador Alfonso García.
"Cuaresma en Sevilla, una ciudad en plena efervescencia".
Para todos los cofrades el tiempo cuaresmal es el más importante del año pues nos prepara para la semana santa, que es el periodo más ansiado y esperado por todos nosotros, donde nuestra fe y el trabajo realizado durante el año se manifiesta de manera clarividente. La cuaresma se vive y se siente en todos los lugares pero en la ciudad de Sevilla se manifiesta de una manera exacerbada, superlativa. Hay al cabo del día tantos actos relacionados con las Hermandades y la Semana Santa que los cofrades tenemos necesariamente que seleccionar a cual asistiremos pues es imposible acudir a todos, todavía el don de la ubicuidad no se nos ha otorgado.
La lista de actos es interminable, desde la carta de presentación cuaresmal que es cuando las dolorosas se visten de hebrea pasando por los conciertos, recitales de saetas, presentaciones de libros, exposiciones, ensayos de costaleros, traslados de imágenes, conferencias, quinarios, triduos, vía crucis, besamanos, besapiés, funciones principales de instituto, cabildos, presentación de nuevos enseres, carteles, programas de radio y televisión, etc y todo ello multiplicado por 69 que son las Hermandades penitenciales de la ciudad.
Si a esta larga nómina de actos unimos algunos que se celebran en las proximidades de la ciudad y que han adquirido gran relevancia como el Vía Crucis del Aljarafe en las ruinas de Itálica y en los pueblos de la periferia pues la cosa se complica con creces.
No creo que exista ningún otro lugar en la geografía española con tal cantidad de actos, lo cual a veces puede dar lugar a la saturación, aunque el número de “hartibles” cada día es mayor, difícil es ir a un lugar y no encontrar un considerable número de personas asistentes, es por ello que podemos afirmar que Sevilla es la ciudad donde la semana santa dura 365 días y es en cuaresma donde ese dicho se manifiesta con mayor rotundidad.
Texto y fotos: Alfonso García García
Comentarios
Publicar un comentario