"Y es que los turistas al final van a pensar que para ver una copia, mejor se van a Sevilla a ver la original".
Os dejo esta interesante entrevista publicada en ABC del año 2011 a un escultor zamorano, sobre la poderosa influcencia que la Semana Santa andaluza ejerce sobre el resto de Semana Santas.
El escultor zamorano Ricardo Flecha trabaja en la actualidad en la creación de un Cristo en brazos de la muerte que será la imagen del Centro de Interpretación de la Semana Santa de Medina del Campo. Desde su estudio, lamenta la pérdida de la esencia castellana en la Comunidad. También es uno de los pocos artistas que puede presumir de que una imagen suya sale todos los días en la célebre Semana Santa zamorana
—Seremos unos cinco imagineros y no hay ningún taller donde aprender, como sucede en Andalucía. Hemos tenido que aprender solos, así que si no hemos tenido un lugar donde formarnos...No es lógico que se dé esta situación cuando Castilla y León ha salido en los libros de arte, en las enciclopedias, etc. por su escultura religiosa del siglo XVI. La región no es conocida ni afamada por sus edificios modernos, sino por sus iglesias, catedrales o la imaginería. Entonces sí había talleres en la Comunidad y también los hubo en Zamora y allí se surtían las necesidades devocionales de la población. Todo eso ahora se ha perdido. La Junta tiene la necesidad de hacer una escuela de imaginería castellana para no perder las raíces. Además, daría puestos de trabajo a los imagineros de la Comunidad que ahora, si quieren especializarse, tienen que ir obligatoriamente a Andalucía. Aquí un imaginero no puede vivir de esto. Yo hago una imagen cada tres o cuatro años
—¿En qué momento se comenzó a devaluar la escultura religiosa castellana y leonesa?
—En 1850 ocurrió el gran cambio,. cuando desapareció la Semana Santa de Castilla y permaneció la andaluza. Luego, en 1980 vuelve con fuerza la Semana Santa a Castilla y León y entonces se mira a Sevilla y se van copiando algunas cosas como la estética de las procesiones. Aún entonces la esencia de la religiosidad permanecía, pero poco a poco las cofradías castellanas se van interesando más por Sevilla y les gusta su imaginería, que no tiene nada que ver con la nuestra, y comienzan a comprar piezas andaluzas. Las vírgenes andaluzas son muy distintas a las nuestras porque las de aquí son mayores, de unos 40 años, con gran dolor, que claman al cielo, que incluso parece que blasfeman, están rotas por el dolor...En Andalucía las vírgenes son más jóvenes, más guapas, con cierta dulzura en el rostro, que muestran pena y no dolor. A partir de ahí se da la circunstancia de que vírgenes o piezas andaluzas se meten en procesiones castellanas, eso sí, bajo el título de austeras y silenciosas...
>—¿Cuántas imágenes andaluzas procesionan, por ejemplo, en la Semana Santa de Zamora?
—Dos. La Piedad y el Cristo de la urna. Por cierto, se pagó mucho dinero por ese Cristo andaluz. Esta cantidad nunca se le hubiera dado a un escultor zamorano
—Entonces, ¿queremos parecernos a Andalucía?
—Eso parece. Los dirigentes de las cofradías ya van a Sevilla a comprar piezas, las bandas de música y las de cornetas y tambores también se están «sevillizando» con florituras que añaden en sus partituras. Estamos haciendo de la Semana Santa de Castilla y León un sucedáneo de la de Sevilla. Sevilla ha globalizado toda la Semana Santa. Aunque también creo que Zamora es la que se mantiene más pura a los orígenes.
Creo que si respetáramos más lo nuestro, nuestra religiosidad, nuestras imágenes pequeñitas, nuestras vírgenes llenas de amargura, nuestros cristos rotos por el dolor, si tuviéramos aquí una buena escuela de imaginería no nos convertiríamos en una copia de Sevilla.
Y es que los turistas al final van a pensar que para ver una copia, mejor se van a Sevilla a ver la original.
Fuente: ABC. 2011

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