La Semana Santa de Valladolid y Zamora pelearán en la UNESCO, para obtener la declaración Patrimonio de la Humanidad.
Zamora pide prioridad sobre Valladolid en la declaración BIC para la Semana Santa
(Extraído de laopiniondezamora.es)
El órgano de cofradías confía en que la Junta de Castilla y León respete el orden de solicitud y que la denominación llegue «después del verano»
(Extraído de laopiniondezamora.es)
El órgano de cofradías confía en que la Junta de Castilla y León respete el orden de solicitud y que la denominación llegue «después del verano»
La Semana Santa de Zamora tendrá que pelear en la Unesco con decenas de manifestaciones de carácter inmaterial para obtener la declaración Patrimonio de la Humanidad. Pero antes de la carrera definitiva, a la celebración le ha surgido un competidor en casa: Valladolid. Aunque la ciudad vecina se había adelantado en el anuncio, las cofradías zamoranas habían iniciado primero los trámites ante la Junta de Castilla y León para obtener la declaración Bien de Interés Cultural (BIC), paso previo para formalizar la candidatura mundial. El órgano que preside Antonio Martín Alén pide ahora que «se respete el orden de solicitud» y que el sello regional llegue antes a Zamora que a la capital de la comunidad....
El inicio de esta «carrera» trascendió a la opinión pública cuando el alcaldes de Valladolid, Francisco Javier León de la Riva, avanzó a principios de abril que la celebración de su ciudad pelearía por convertirse en patrimonio mundial inmaterial. La decisión partía de un acuerdo del pleno en el Ayuntamiento, fruto del acuerdo de todos los grupos políticos. Aquel anuncio destapaba los planes de la Junta pro Semana Santa de Zamora, cuyo presidente, Antonio Martín Alén, tenía previsto hacer pública la candidatura en los actos oficiales del Domingo de Ramos.
En las fechas previas al pregón, los responsables de las instituciones locales confirmaban que las cofradías llevaban «un año y medio trabajando en la candidatura». Con la elección de Martín Alén como responsable en diciembre de 2012 y tras un periodo de profunda crisis, el nuevo presidente aprovechaba el «clima de unión entre las cofradías» para lanzar el proyecto, antigua aspiración impulsada más de una década atrás por un predecesor de Alén, Dionisio Alba.
En la actualidad, el grupo de trabajo que prepara la propuesta está finalizando el dossier que presentará en escasas fechas a la Junta de Castilla y León para obtener la denominación BIC, la misma que acaba de obtener la Semana Santa de Bercianos. «Esperamos que la declaración llegue a finales del verano y para eso tenemos que finalizar ya la solicitud», explica Martín Alén. Más de una docena de personas entre historiadores, artistas e incluso religiosos locales y forasteros han realizado aportaciones para respaldar la candidatura zamorana ante la Administración regional. «Aunque la propuesta está prácticamente finalizada, buscamos el mayor número posible de adhesiones al proyecto», añade el responsable del órgano gestor.
Con la marca de bien de interés cultural de carácter inmaterial en la mano, arrancará la parte más difícil. El grupo de trabajo inició meses atrás los contactos con el Gobierno a través del ministro de Industria, José Manuel Soria, a quien presentaron el proyecto aprovechando una visita institucional a Burgos. «Le enseñamos los detalles de nuestra celebración y quedó gratamente sorprendido», revela Martín Alén. En todo caso, Soria remitió a la expedición zamorana a la Dirección General de Cultura, con cuyo titular se han reunido semanas atrás.
Aquí radica, precisamente, la parte más complicada de la ambiciosa carrera. El Gobierno tendrá que decidirse en cada convocatoria de la Unesco por un número muy limitado de aspirantes, lo que reduce las posibilidades de éxito, no solo de Zamora, sino también del resto de ciudades y regiones que aspiren a obtener el reconocimiento mundial.
La iniciativa zamorana llega tras el desencanto provocado por la proliferación de celebraciones con la marca de interés turístico internacional. Zamora obtuvo dicha denominación en 1985 cuando en España tan solo había cuatro fiestas reconocidas: Valladolid, Sevilla, Málaga y Cuenca. Sin embargo, solo en la última década en Castilla y León, aquellas dos iniciales se han convertido en ocho con incorporaciones como Medina del Campo, Palencia o Ávila.
La muestra que conmemora el 125 aniversario del fallecimiento del imaginero Ramón Álvarez en la iglesia de La Encarnación ha ampliado sus horarios a los fines de semana y festivos para dar respuesta a la elevada demanda de visitas. Los organizadores están «muy satisfechos» de la respuesta ciudadana a una exposición que recopila 32 piezas del escultor de Coreses, obras menos conocidas como las que procesionan en la Semana Santa de Zamora, algunas vecinas de las provincias vecinas de Salamanca y Valladolid.
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