Noticia extraída de daimiel.es.
El nuevo presidente de la Junta de Hermandades, Ramón Galiana, ha comentado que su regreso al organismo que ya dirigió a finales de los noventa se venía fraguando desde hace varios meses y que, aunque él no tenía intención de volver, el respaldo unánime encontrado en las diferentes hermandades y cofradías locales le han motivado a dar este paso. Esa predisposición y esa buena sintonía han pesado para tomar una decisión en la que pesa "más el corazón que la cabeza". "Desde mi niñez he vivido intensamente la Semana Santa, he colaborado con diferentes juntas directivas, pasé por la Junta de Hermandades, y todo eso siempre está ahí", reconocía.
Galiana cree que la demora en resolver este relevo ha tenido que ver con que en muchas ocasiones la Junta de Hermandades es "la gran desconocida" de la Semana Santa. Según comentaba, "quizá no hemos ha sabido dar a conocer su labor" y por eso habría más reticencias en formar parte de ella que en la junta directiva de cualquier hermandad o cofradía, entendía. Así las cosas, Ramón Galiana subrayaba que el haber elegido ya una cabeza visible y su consecuente nuevo equipo de trabajo, le dará estabilidad y ayudará a que se emprendan nuevos proyectos.
Sobre las personas que le acompañarán, Galiana ha emplazado a la celebración de la primera Plenaria de la Junta (el órgano máximo de decisión) para desvelar sus nombres. No obstante, adelantaba que "no ha costado mucho convencerles" y subrayaba que ha buscado que ninguno de ellos hubiera estado antes en una directiva de Semana Santa. "Son personas que aman mucho la Semana Santa y que aportarán frescura", resumía.
En cuanto a los objetivos que se marca, Ramón Galiana apuntaba, por este orden, a tres líneas de trabajo fundamentales: el respaldo a los actos litúrgicos, el fomento de los actos culturales y un impulso en el cuidado del patrimonio y la identidad de nuestra Semana Santa. En este punto, y a la espera de conocer los posibles avances que se hayan llevado a cabo, apuntaba que la aspiración de conseguir la declaración de Interés Turístico Nacional tendrá que asentarse en el convencimiento de todas la hermandades y cofradías, y por supuesto de todo el pueblo de Daimiel.