Por J.M. Font.
Ofú hío, vaya la guasa del tema, ¿por qué te estás refiriendo a esa bolsa de hermanos que en todas (he dicho to-das) las cofradías hay que ni pagan, ni dan señales de vida? Sí exacto, aquellos que no sueltan un euro ni pa los catalanes. Por supuesto que no salen, ya que en el reparto de papeletas se les espera apostado con el cobrador o mayordomo y si no se actualiza o, caso de que la deuda sea excesiva, no ofrece un plan o calendario de pago, no se les da la papela y, como lo saben, no suelen aparecer.
Carotas hay en todos los lados, pero en la hermandades no se pueden hacer una idea, pues por aquello de que como no me van a meter en el Juzgado, como sí me metería la Comunidad de propietarios, el Corte Inglés o el Banco si me atraso o inclumpo, la china la pagan las cofradías aguantando mas que el santo Job.
Argumentos del moroso los hay a patás: que si mi madre cuando me fui a la mili dejó de pagármelo y ya debo dos mil trescien, que si estoy parado y no me sale nada, que si mi coche es una herramienta de trabajo y tiene una avería que me ha dejado tieso, y un largo etcétera. Los hay todavía con mas cara que te sueltan, “pago a partir de ahora, no me dais de baja y conservo mi número, ¿vale?”, ¡toma ya!
Morosos, todo lo que queráis, pero seguro que en el bolsillo lleváis un móvil que funciona divinamente y en la feria os habéis emborrachado mas de una vez. Lo que tenéis que hacer es pagar, que los cuarenta o cincuenta euros al año os lo coméis, bebéis o fumáis en una semana y no es dinero.